Caso #6, Aparición en San Antolín de Bedón. Asturias

Categoría: Investigaciones


El monasterio de San Antolín de Bedón, el mejor románico de la comarca oriental de Asturias, próximo a la desembocadura del río Bedón.
Pasando por ahí, la Tartana del Misterio no puede pasar de largo, algo había en esas ruinas que nos llamaban la atención.  
De modo que comenzamos a investigar y descubrimos que no hacia mucho en el desvencijado monasterio se había instalado también un equipo de cazafantasmas dirigido por una médium ovetense afincada en Avilés.
Para cumplir su cometido llevaban toda clase de tecnología especializada. Según oí decir, del interior de la abadía en ruinas salió alguien pidiéndoles tabaco. Y esto, que puede parecer una chuscada que desautoriza cualquier atisbo de seriedad en esta investigación, no dudo que es lo que confirma la existencia de fantasmas.

Ya metidos en faena, proseguimos nuestra propia investigación, ilusionados de tener la suerte de poder ver al fin una aparición, aunque sea para gorronearnos un cigarro, o poder grabar una psicofonia, fotografiar una silueta donde no haya nada,.. nuestra pasión, encontrar pruebas irrefutables de que no estamos solos., de modo que seguimos indagando mas en la historia del lugar, para saber si algún aldeano había visto u oído algo, y varias leyendas negras sacamos del lugar:

La fundación de San Antolín de Bedón es asimismo legendaria. 
  • La leyenda procede del bosque, vinculada al conde Mañazán. Nicolás Castor de Caunedo, autor de "Álbum de un viaje por Asturias", para uso de la reina Isabel II durante su visita al Principado, ofrece una versión descafeinada de la leyenda. Porque la verdadera es de hierro y sangre, de confusión y parricidio. Otros autores como Antonio Fernández Martínez dan otra versión. Donde ahora se medio levanta la abadía, había una cabaña habitada por una doncella de extremada belleza. Una noche de tormenta, el conde intentó forzar a la desvalida muchacha, pero ella se resistió; días más tarde, la vio en compañía de un hermoso joven mientras él perseguía a un jabalí. Tal fue la furia del conde al ver a los dos jóvenes con las manos entrelazadas junto al fuego que mató a los dos enamorados. A aquella mala obra del conde sucedió la construcción de la abadía, que data del siglo XI, encargada a monjes de San Benito. Un abad fundó un mayorazgo para un hijo natural, aprovechando el paso del futuro Carlos V.

  • Otros visitantes del lugar, aseguran que ademas de los fenómenos citados anteriormente, se produce una aparición al rededor de sus muros, una dama, una chica pálida, que camina lentamente hacia el punto donde se supone que falleció la pareja, vestida completamente de blanco, del estilo de sus ropajes parecido a un camisón, con sus rasgos indefinidos y su pelo dorado. Esta aparición aseguran que no posee pies, que es un fantasma la cual parece flotar, deslizándose siempre a una dirección concreta, los brazos parecen ir en posición relajada aunque también se difumina con el entorno. Se supone que es la chica que fue asesinada y quedo atrapada en este mundo por la profunda tristeza que le causo el no conseguir evitar la muerte de su amado.
  • Esta leyenda es la de San Julián. Un día, persiguiendo un ciervo, éste se vuelve hacia él y le advierte: "¿Por qué me persigues? Un día matarás a tus padres". Julián se casa con la señora de un castillo. Los padres van en su busca, llegan al castillo de Julián, que está cazando, y la esposa los acuesta en su alcoba. Al regreso Julián cree que su mujer se encuentra con otro y degüella a sus padres. La leyenda se mantuvo en Llanes narrando que el conde había fundado San Antolín para ser perdonado por haber matado a sus padres o a su esposa.

Con esas leyendas y la certeza de que un equipo de parapsicólogos había estado investigando el lugar, decidimos adentrarnos en sus profundidades y ser nosotros mismos los que saquemos nuestras propias conclusiones.
Siniestro, decadente, de techos hundidos, y aun así se notaba la paz interior, no era una sensación de maldad, de esas que te erizan la piel y sabes que has de huir antes de anochecer, imaginas a los frailes cuidando el ganado, asomados en las ventanas viendo el atardecer, sus rezos meditando el campo a lo largo y ancho.

Es como si una fuerza superior quisiera mantener sus paredes en pie, que no caiga en el olvido.
No había grafitis satánicos, ni de otro índole político o personal, algún dibujo tapado y ya, estaban poniendo tabiques en los edificios restaurandolos, la iglesia, a través del ojo de la cerradura, se vislumbraba vacía, diáfana, pero en perfecto estado de conservacion, alguien se esta tomando muchas molestias en recuperar este fantasmal lugar.

Aunque una imagen perturbadora quebró nuestra paz interior, la vista de una motosierra tirada en mitad del campo, completamente oxidada, nos hizo recordar todas las películas de terror del mundo en una milésima de segundo.
Por un segundo se hizo un silencio aterrador, miramos bien en todas direcciones, afinamos la vista para ver si había alguien observándonos a través de alguna ventana, fue un mal presagio de que algo malo podría pasar, nos sentimos inquietos, toda la paz que brindaba el lugar se desvaneció con tenebrosa visión, de modo que decidimos salir de ahi, aprovechando que esta la playa a 200 metros, fuimos a darnos el primer baño juntos del verano, relajarnos mientras aun lucia el sol, estuvimos hasta entrada la noche jugando en el agua y después volvimos al monasterio, ellos estaban cansados y se acostaron rápidamente, yo me quede mirando por la ventana de la Tartana del Misterio la siniestra imagen de esos edificios ocultos en la penumbra, solo reflejados por algún vago rayo de luz de la luna, una perturbadora imagen que nos cautivo y mantuvo despiertos hasta altas horas de la madrugada, hipnotizados, anonadados, buscábamos con barridos visuales cualquier sombra en movimiento, a la propia dama blanca, los gritos de los enamorados, cualquier ruido que no se pueda identificar, pero no sucedía nada.

Decidimos adentrarnos en sus territorios, jugárnosla una última vez en un todo por el todo, recorrimos esos siniestros edificios, oíamos ruidos, pasos, chasquidos de ramas secas en todas direcciones, yo notaba una presencia extraña observándome desde la ventana del balcón principal, pero me concienciaba a mi mismo de que era sugestión, la noche siempre deja volar la imaginación, y mas aun en lugares que incitan a ello y reforzado por haber oído las historias precisas tan solo unas horas antes.

Con la cámara en la mano y la grabadora activa, recorrímos cada metro cuadrado un par de veces, todos los rincones exceptuando los edificios donde estaba la motosierra, esa zona traía consigo una perturbadora energía, era como un abismo de maldad en mitad del paraíso, el ojo del huracán.

A nuestro regreso a la Tartana del Misterio, repasamos todas las grabaciones sin éxito, sin ningún ruido paranormal, sin ninguna sombra o silueta que no tuviera explicación lógica. Pero que no hayamos podido verificar nada no significa que no exista nada, y San Antolín de Bedón, ahí estará siempre, para recordarnos sus historias, sus leyendas.
Y toda la vida que una vez tuvo, y quizás volverá o sigue ahí, escondida a las cámaras, en perpetuo misterio.


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